La protesta del lunes es
solo una de las que el sindicato ha planteado en la principal fábrica navarra
en respuesta al “deterioro de la salud laboral de la plantilla”. El sindicato,
sin embargo, no solo llama al paro cada cierto tiempo. También, junto a otras
secciones sindicales del sindicato en la automoción, ha elaborado un informe
(La eficacia de los procedimientos de evaluación de riesgos en las empresas
fabricantes de automóviles) que fue distinguido con un reconocimiento en mayo
en la Conferencia Internacional de Riesgos Laborales de Zaragoza, a la que
asistieron 1.500 personas. Armendáriz incide en que los métodos empleados para
evaluar la prevención no son los adecuados, por lo que el riesgo se subestima.
A su juicio, esto no solo pone en riesgo la salud de los trabajadores, sino que
supone un error para la empresa: “Hay estudios que señalan que por cada euro
que se invierte en prevención la empresa recupere al menos cuatro y hasta
siete”.
¿A qué respondían los
paros convocados ayer?
-No compartimos el
protocolo de reubicaciones que se está manejando. Pese a que el resto de
secciones sindicales ha hecho matizaciones con las que nosotros estamos de
acuerdo, nos sigue pareciendo poco garantista. Se ha creado la distinción de
“trabajadores difícilmente reubicables”, a los que se puede declarar como no
aptos. Y en las actuales condiciones de trabajo todos somos candidatos a
engrosar un día esta lista. No hay más que ver los datos de enfermedades
profesionales con baja: en los nueve primeros meses del año, ya hemos tenido 91
casos, uno más que en todo 2013. Pero la realidad es que no estamos encontrando
mucha sensibilidad dentro de la plantilla.
¿Qué bases debería tener
este protocolo para que pudiera ser suscrito por su sindicato?
-Para CGT, un protocolo
de reubicaciones tiene que partir de la garantía de que ningún trabajador se
vea obligado a abandonar la fábrica por el deterioro de su salud. Así, debería
reflejar el compromiso de que el proceso de reubicación garantice al máximo la
adecuación de los puestos de trabajo a las limitaciones de los trabajadores
especialmente sensibles, mediante la realización de unas evaluaciones
específicas, antes de cualquier reubicación, y no cuando lo determine el
servicio médico.
¿Cómo valora la situación
de la salud laboral en Volkswagen Navarra?
-Todos los datos de
siniestralidad y enfermedades van al alza. Y vemos que la cantidad de
enfermedades profesionales que se tratan multiplica por tres y casi cuatro las
enfermedades profesionales reconocidas. En 2009 se pegó un apretón de tuerca
terrible, buscando una mayor productividad, y eso se nota en una mayor
siniestralidad. Hace 17 años hacíamos 50 coches por trabajador y año. Hoy
estamos por encima de 72 y esto no para. Así, cuando se trata de movimientos
tan repetitivos, eliminar un pequeño desplazamiento, por ejemplo, supone elevar
muchísimo el factor de riesgo. Y a todo ello añade el aumento de la jornada o
la mayor flexibilidad. ¿Qué va a pasar el año que haya que trabajar más de 220
días? Los puestos de trabajo no están bien diseñados ergonómicamente y tampoco
bien evaluados.
Critican los métodos que
se emplean para valorar el riesgo laboral de los puestos. ¿Por qué?
No son eficaces.
Subestiman el riesgo, por lo que no se realiza una evaluación para
cuantificarlo. La evaluación se efectúa a partir de una media poblacional
(masculina, joven y sana), sin tener en cuenta a la persona en concreto que va
trabajar en ese puesto. Así, los riesgos no son iguales para una persona de
1,75 de altura, que es el tipo que para una de 1,95. Y muchas veces no se tiene
en cuenta a la mujer a los trabajadores de más edad, por lo que se les
discrimina.
¿Pero es posible una
evaluación de riesgos tan detallada?
Eso cuesta dinero, pero
es posible. No estamos pidiendo estudios específicos, pero tampoco basta con lo
que se hace hasta ahora. Cumplir la Ley es fácil, lo difícil es hacerlo con los
principios preventivos de la Ley.
¿Influye en los datos de
los últimos años la mayor carga de trabajo que tenido Volkswagen Navarra?
Hemos tenido la suerte de
no padecer los rigores de la crisis y ha habido mucha contratación eventuales.
Los temporales no acuden al médico, porque ha habido casos de despidos por
cogerse la baja. Pero todo eso puede salir a la luz dentro de unos años. Lo vemos
en Seat: cuando aumenta la producción, los trastornos musculoesqueléticos han
crecido de modo-escalofriante.
El estudio que
presentaron en mayo analizaban los datos de General Motors en Zaragoza;
Peugeot, en Villaverde (Madrid); Seat de Barcelona y Volkswagen Navarra. ¿A qué
conclusiones han llegado?
Simplemente recurriendo a
los criterios de los institutos de salud laboral de cada comunidad, llegamos a
una conclusión: los métodos que se emplean no son los más adecuados. Y además
nos encontramos con algunos datos curiosos. Por ejemplo, General Motors no
declara enfermedades profesionales, pero entre 2006 y 2012 se dieron 500
incapacidades totales, cuando en Volkswagen Navarra podemos estar en tres o
cuatro al año. Y para el trabajador, esto tiene un riesgo: si no has estado de
baja, ¿a quién reclamas cuando lo necesites?
¿Por que no se reconocen
las enfermedades profesionales?
El programa Bonus Malus
reconoce a quienes reducen sus índices de siniestralidad, que se premia con
deducciones de las cotizaciones. La primera picaresca es esta: dar unos datos
irreales. Y la segunda es dar permisos laborales en lugar de bajas, muy
habitual en Peugeot y GM. Y la tercera es adecuar el puesto de trabajo a un
empleado que debería estar de baja. En estos dos últimos casos se estaría
rozando la ilegalidad. Si no puedes trabajar no te pueden dar fiesta.